martes, 24 de enero de 2012

LA PAJA EN EL OJO AJENO

 

LA PAJA EN EL OJO AJENO Y LA SEÑORITA ROTENMEYER 




Domingo por la mañana, son las doce, estoy en Madrid y viajo en metro hacia Atocha. Madrid no es mi ciudad, yo vivo en otra ciudad más pequeña  donde apenas utilizo el metro y como mucho voy en tranvía, es decir por la superficie. Entre transbordos y esperas llevo casi una hora bajo tierra, me estoy agobiando, me agobian esos pasillos tan largos que parece que nunca se van a acabar y que unen unas líneas con otras,no estoy acostumbrada y me cansan, o es que hoy estoy muy cansada. Además, la semana pasada tuve una semana muy tensa, acumulo falta de sueño y me duele la cabeza. Quiero llegar ya, quiero salir a la calle y ver luz, quiero respirar aire,puro o contaminado,quiero salir.Hace casi ya una hora me entretuve observando a los otros pasajeros, pero ahora, cansada ya de observar y con cada vez más dolor de cabeza, me meto en mi “propia galaxia”,hay momentos que tengo la mente en blanco y hay momentos en que ella solita va pensando y va rumiando..pensamiento libre…...

“Próxima parada Sol”.Vuelvo a “tierra” y conecto con el mundo que me rodea Se abren las puertas del vagón, entran tres adultos, dos hombres y una mujer, y una niña que tendrá unos dos años. Un matrimonio,lo sé porque les miro y ambos llevan la misma alianza , y un amigo o quizá el hermano de uno de ellos. El papá lleva en brazos a la niña, una niña muy guapa, con su vestido y abriguito de domingo y que lleva colgado al cuello un tambor, casi más grande que ella. El padre está muy pendiente de su hija, la lleva en sus brazos y la coge fuerte cada vez que el metro frena, es el único de estos tres adultos que se ha sentado, a dos asientos del mío..Y miro hacia los otros dos, el otro hombre, vestido como un montañero, tiene la expresión típica de alguien a quien le acaban de dar un rapapolvo de tres pares de narices, sonríe timidamente y apenas se atreve a mirarla a ella. Y ella, agarrada a la barra para no caerse tiene la expresión más antipática que he visto en tiempo, con el morrito torcido y con cara de “me han llevado la contraria pero aquí estoy yo”.La miro y pienso que, por Dios, ojalá nunca tenga yo esa misma expresión en la cara,  destila hostilidad. Son jóvenes, quizá no lleguen a los cuarenta y venían hablando de si los padres deben de ser amigos de los hijos o no..y deduzco que no fue una conversación ni un diálogo sino más bien una imposición de ideas, ella semeja autoritaria y él , el montañero, semeja ser más abierto, hablan tambien del concepto de progre..El papá bastante tiene con que su hija no se caiga al suelo .No abre la boca.

Yo no soy madre, así que mis opiniones al respecto son desde la barrera, pero pienso que un padre o una madre son un referente para un hijo, en la infancia, en la adolescencia y tambien en la madurez, así que un padre y una madre ,para mí siempre serán éso y no unos amigos  enrollados ,pero ya digo….veo los toros desde la barrera.

Quedan dos asientos libres, así que el amedrentado y la señorita Rotemenyer se sientan. Rotenmeyer no calla y ,sentando cátedra, habla de que a ella, como profesora de no sé donde, todos los jóvenes de hoy en día, tambien los niños, le parecen unos maleducados, gente sin valores y comodones. Insiste en que los padres no les dan ejemplo desde casa y que llegan al colegio bastante creciditos .Su amigo no se atreve a llevarle la contraria pero en sus ojos puedo leer que no le parece bien, igual que a mí, que se generalice, siempre ha habido y habrá niños y jóvenes maleducados pero siempre ha habido y habrá niños y jóvenes educados, cívicos, estudiosos y comprometidos con el mundo en el que viven. Pero …. A ver quien le lleva la contraria a Rotenmeyer, y a su morrito fruncido…

Y cuando repite que el problema viene de casa, donde a los niños se les consiente hasta la saciedad, resulta que el asiento de mi lado queda libre y que el papá sienta a la niñita y a su tambor..Y la niña animada por tener su propio asiento se siente liberada y empieza a darle al instrumento con todas sus fuerzas sin parar y chillando de alegría porque le da mucha risa el jaleo que está montando. Para ese momento yo ya estoy más que agobiada de estar bajo tierra, del dolor de cabeza que tengo desde hace mucho rato y de que la catedrática de educación no se calle ni a la de tres. Y para colmo su hijita…con su ruidito martilleante que se me mete en el cerebro .Miro al montañero  quien con su mirada me pide una disculpa, eso si…la mamá no me dice ni pío…..mientras su hija me machaca con su ruidito casi ensordecedor ella sigue insistiendo en que el problema de los niños de hoy en día es que en sus casas se les consiente demasiado y que no se tiene mano dura.Eso sí…mira a su hija y sonríe (por primera vez en todo el trayecto) pensando “que graciosa es mi niña”.

Y es que el refranero español es muy sabio y ya advierte de que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio….o algo así, porque yo no soy muy aficionada a los refranes….o porque quizá, o mejor dicho seguramente, este refrán tambien se me pueda aplicar a mí.Y a todos, sin excepción.

10 comentarios:

  1. Pero...mi Anouk con un blog y yo sin enterarme?
    Como no me lo has dicho antes? Estoy encantada de leerte y casi lo he ojeado todo y me ha gustado. Seguimos en contacto. Un beso Lola

    ResponderEliminar
  2. Lola: Bienvenida a mi blog!!! Me alegro de que te vaya gustando lo que escribo.Espero tenerte de seguidora.Un beso

    ResponderEliminar
  3. Ay, Anouk, qué increíble manera de hacer el ridículo sin ni siquiera tener conciencia ! Qué enorme oportunidad perdida de cerrar la boca ! Me refiero, por supuesto, a Rotenmeyer. Y estoy de acuerdo contigo en cuanto a que es algo en lo que, más tade o más temprano, caemos todos. Pero no es menos cierto que semejante patinazo es más escandaloso cuanta mayor es la vehemencia con la que uno se expresa. O sea, con lo saludable que es el témino medio, la apertura de miras, un planteamiento de que quizá en el mundo hay más opiniones además de la propia y, sobre todo, de que ninguno de nosotros tiene todas las claves. Y de que lo que para uno es ley para el de al lado puede ser opinable, y a la inversa.
    En fin, yo sobre todo lo lamento por tu dolor de cabeza, y por el viajecito que te llevaste de regalo.
    Respecto a ella ( sin conocerla, sin juzgarla y sin saber más ), lo único que apunto es que el silencio ante dichos comportamientos por parte de quienes conviven cotidianamente no lleva nunca a que la cosa mejore sino al contrario, cada vez es más difícil mejorar porque generalmente esos silencios son interpretados como un "cuánta razón tengo ".
    En fin, larga y feliz vida a ese pobre montañero !!!

    ResponderEliminar
  4. jajaja! te imagino toda agobiada y la niña con su tambor, pero cómo sabes que la otra era la madre? en fin... el caso es que sí, que es dificilísimo educarles, y a veces crees que te pasas de ser estricto y poner -o imponer- tus reglas y otras veces te parece que te impones demasiado poco... pero tengo clarísimo que es bueno que tengan límites desde el principio, que sepan lo que es obedecer y sobretodo jeje QUE LOS PAPÁS NO SOMOS SUS AMIGOS!

    ResponderEliminar
  5. No quiero ni imaginar tu cara amiga!!! Pero es tan facil decir a los demas lo que deben y no deben hacer cuando, muchas veces, estas haciendo o acabas de hacerlo tu mismo. Tendríamos que vernos más a nosotros y menos a los demás. Estoy contigo Manuela de que los papas no son amigos. Hay muchas veces que un "No" es sólamente eso "NO" sin ningun tipo de explicación ni canje. Ese NO viene de la experiencia de muchos años vividos y no es cuestionable.
    He pensado muchas veces que en la educaciónd e los hijos estamos en el polo opuesto a nuestros padres. Antes era todo NO ( o es lo que dice mucha gente con la que he hablado) y no era custionable y , ahora, todo se tiene que explicar , llegar a un acuerdo con los hijos...y creo que no tanto ni tan calvo. Se pueden explicar determinadas cuestiones y dialogar sobre temas adecuados para su edad pero hay otras que no se deben cuestionar.

    ResponderEliminar
  6. Itisen:Muchas veces es muy díficil ver el término medio,porque no estamos capacitados y nuestra visión no da para más o sencillamente porque no nos apetece ya que nuestra postura está en un extremo y en un momento dado no estamos con ganas de dialogar ni de cambiar,uno no siempre tiene ganas de esforzarse y en su vida diaria entran en juego un montón de factores.Este post lo escribí porque es el ejemplo extremo del refrán, Rotenmeyer predicando una cosa,tan segura de sí misma y actuando contrariamente a lo que dice.Pero insisto en que se puede aplicar a todo hijo de vecino.
    En cuanto a tu comentario sobre el silencio ante ciertos comportamientos tienes mucha razón, favorecen la actitud del otro, pero cuando pienso en el pobre montañero...al que no le oí la voz en todo el trayecto,haciendose pequeñito...dudo mucho que este hombre tuviera ganas de enfrentarse a ella.Solo deseaba llegar a la estación de destino.Igual que yo :-))))))

    Manuela:JAJAJJA,imaginate....el tamborcito en el cerebro y el loro de la mamá sin callarse.Deduje que era su madre porque llevaba la misma alianza matrimonial que el papá de la criatura.Pienso igual que tú,los padres son referencias en la vida de los hijos y nunca serán amigos,habrá padres más cercanos que otros, más colegas que otros pero considero que un padre y un hijo nunca se podrán tratar como iguales sencillamente porque no lo son.En mi caso,yo nunca quise tener un amigo o una colega;siempre quisey sigo queriendo tener,un padre y una madre.Un besote.

    ResponderEliminar
  7. Jajaja, Menchu. Me puedo imaginar tu cara!!!!
    Si que es cierto que vemos los defectos de los demás y las cosas que hacen mal cuando lo tenemos en nuestra propia casa. En casa mi marido no deja poner los pies a los pequeños en el sofá porque dice si se acostumbran no lo harán por ahí. Un día los deje en casa de unos amigos a pasar el día y cuando fui a por ellos me lo encontré tumbados en el sillón de su salón..!!! Vaya corte pasamos!!! ...y pensabamos que los teníamos tan educaditos..!!! Nunca hay que bajar la guardia!!

    ResponderEliminar
  8. Sondemar:El no por el artículo 33 tampoco me parece correcto pero si que es cierto que las negociaciones de algunos padres de hoy en día con sus hijos me parecen fuera de sitio e innecesarias,sobre todo a ciertas edades.Pero como digo no soy madre, así que no sé lo que haría en un determinado momento.Y si, miramos demasiado a los demás y muy poco a nosotros mismos,si lo hicieramos al contrario otro gallo nos cantaría muchas veces.

    Alcatraz:Jajajj..ahora me río pero bajé del metro echando chispas y con un humor de perros, nada que no pudiera arreglar con una aperitivo,con una cervecita al sol.Con los niños no se puede bajar la guardia nunca!!! que cansado verdad???

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Imagino perfectamente lo angustioso que debió ser el trayecto, y más cuando la niña empieza a aporrear el tambor para poner banda sonora a las disquisiciones de la madre. Es cierto que es más fácil ver el problema en el otro y generalizar como si tal cosa que en uno mismo. Yo tengo una hija de 11 años y a pesar de que pretendo tener una relación estupenda con ella tengo claro que soy la que pone los límites y que llueve o truene siempre será su madre, no su amiga.

      No sabía que tuvieras un blog. Te había leido comentarios Chez Manuela y últimamente en la panadería de Lola, si no recuerdo mal, pero en alguna ocasión había buscado tu enlace sin éxito. Bueno, pues, aquí estoy. Ya te sigo. besos

      Eliminar
  9. Jo Grass:Encantada de tenerte por aquí y bienvenida!!!Si, me animé a escribir un blog después de verano y la verdad es que me está dando muchas satisfacciones,ya ves que he estado leyendo el tuyo y me está gustando mucho.
    Los niños necesitan siempre un referente y ése referente son siempre,para bien o para mal,sus padres.Yo no tengo hijos pero sí tengo un montón de sobrinos y sus guías son siempre los mayores(entre los que me incluyo),lo cual resulta bastante dificil porque,como ya se ha comentado aquí,no se puede bajar nunca la guardia.Hay etapas de su vida en que reniegan de sus padres,en que nada de lo que éstos hacen les parece bien, pero aún así...su norte son ellos.Gracias por ti opinión y de nuevo bienvenida.

    ResponderEliminar